Obejo presenta su Danza de las Espadas en FITUR 

§       Este domingo 3de febrero los danzantes ofrecerán el patatú  en la más importante feria del turismo en España

31 enero 2013– El municipio Obejo, con la colaboración de la Diputación Provincial de Córdoba, presentará su mayor exponente cultural, la tradicional Danza de las Espadas, en la Feria Internacional de Turismo FITUR.

 

El próximo domingo 3 de febrero una representación municipal, con su Alcalde Luis Sánchez y el 1º Teniente de Alcalde, Antonio Ruiz, a la cabeza, junto a los músicos y danzantes de Obejo interpretará esta popular e histórica danza de espadas en el Pabellón de Andalucía de esta feria, la cita más importante para el sector turismo en España. La presentación de la danza tendrá lugar a las 12:00 horas.

 

Para el 1º Teniente de Alcalde de Obejo, Antonio Ruiz, esto es una magnifica oportunidad para mostrar la grandeza de nuestra tradición local a Andalucía, España y el mundo, en el marco de una feria de turismo de máximo nivel, y sin duda será una gran oportunidad para mostrar el enorme potencial turístico de Obejo y Cerro Muriano, en el contexto de la provincia de Córdoba.

 

La Danza de las Espadas, también conocida como ballimachía o bachimachía, además de ser uno de los festejos más espectaculares del folklore español, es una de las fiestas con más tradición de Obejo. Se celebra tres veces al año, el domingo más próximo al 17 de enero con la celebración de San Antón, el domingo más próximo al 21 de marzo con la romería de San Benito, aunque este año por coincidencia con la Semana Santa, este se realizará el 17 de marzo,  y el segundo sábado de julio dentro de la Feria, y en todas ellas reúne a una gran multitud de espectadores.

 

La danza es ejecutada por unos 32 varones, sin participación de mujeres, dirigidos por un maestro. Visten con chaquetilla corta de pana marrón, camisa blanca, pantalón de pana lisa color avellana, fajín rojo y botas. En las manos portán espadas de hierro forjado.

 

Durante la procesión, tras la misa en la Ermita de San Benito o en la iglesia de San Antonio Abad, según el día, los danzantes no cesan en su baile, acompañados por la música del acordeón, la guitarra, el laúd y la pandereta. Avanzan siempre delante del santo, en hileras y con las espadas como nexo de unión. El momento culminante, conocido como el "patatú", es cuando los danzantes forman un círculo en torno al maestro de danza, cruzan las espadas y lo "ahorcan". En ese momento se para la música y a un golpe de pandereta el maestro se desliza por un lateral saltando y deshace el laberinto de danzantes y espadas.

           

Los orígenes de la danza, vinculada a las danzas guerreras, no están del todo claros. La mayoría de los historiadores la sitúan entre los siglos XIV y XVI.